Buscar este blog

viernes, 11 de noviembre de 2011

RETORNOS REVECES Y AUSENCIAS

Sol   cuando te contemplo
Inventando el reflejo de mis ojos
En tus sombras palaciegas
Te siento más extranjero que nunca.
Te vas y no ameritas ser ajeno
En esta frontera de nostalgias huracanadas.
Te vas y sé que no volverás a ser el mismo y no volverás.
Habrá perdido entonces su semblanza el balneario que embriaga su exilio
Y que busca en ésta pesadumbre de voces
La pintura de las ilusiones urgentes de un abrigo.
Te vas dejando atrás el rostro de la rivera la vid y el trigo
Que amasa el asfalto de un pensamiento secular que no es mi destino.
Aquí no sirve la brújula
Ni los pasos que guían las estrellas
Tampoco los reproches perdidos
Por el polvo congelante de la noche.
Aquí es escaso el cielo
La legumbre el centeno
Y las palabras de aliento.
Por eso se detiene el murmullo
En esta estatua plagada de mágicos desprecios
Se detiene en el insomnio cuántico de las ideas
Posando como si retrocedieran las horas en el escaso fulgor de la penumbra
Y como avalancha perenne
El herrero del discurso moldea el borde de una frase idílica
Y se precipitan los pentagramas infinitos
En los conciertos fermentados por la espera
Esa fatalidad de que hoy no despierta el sol
En ese grafitis tatuado por el barlovento sinuoso de una mujer
Que espera en la cena el consuelo del silencio de una expresión.
Hoy el sol quedó atascado con la maleza que carga el rio
Quedo envuelta entre la epidemia de fieras enloquecidas y frenéticos desenfrenos
Quebrantando la estética la desnudes y el brillo
Que acusa la primavera en su primera noche de luna
Partiendo a los hombres en costillas de arcilla mal cocida
Para revivir la idolatría de su creación.
Quedo para siempre la tierra
Tendida como sabanas tibias la madrugada
Deambulando en los significados de la oscuridad
La resistencia al silencio total
El canto de un recuerdo de antaño
En una historia de amor Sin Amor

                             Santiago de Chile, Noviembre del 2011

© Moshenga Cabanillas Pérez, Noviembre 2011

jueves, 14 de julio de 2011

ANGUSTIAS DE UN VERSO

Como empezar de la nada
Versos aromáticos que resulten púrpuras
Que destrocen el sigilo incoherente Con el caudal de la noche
Y que escriban en las pupilas de los mares
La tinta adherida de los murales
Que nacieron del odre De letras Y tímpanos de resaca
Antes que ensordezca la existencia Del espanto de este mundo
Para volverse más añeja.

¡Poesía!

Como elevar las burbujas de las diosas profundas
En esencia de cortezas y almíbar
Si me atrapa el ayuno de tus hostias
Los símbolos cuneiformes del silencio
Aplastándome Hasta volverme Amasijo y fango.

¡Poesía!

Como Le digo al cartero del abismo Que reparte los glifos rupestres
Las elegías de los siglos en cada ruleta del camino
Donde se sofoca el tiempo enardecido
Volviéndome tatuaje de granito
Novicio e incendio de poeta.

¡Poesía!

Como De un testamento sonámbulo
Que despierta del aullido de un cura pétreo
Que sentencia idos que atrapan dilemas Tan sólo por su nimbo
Marcan la sentencia y el mito…

Porque se me escapa el verso adicto y epiléptico de mis sueños fieros
Al vestirse de luto en el velo de este tránsito Dejando en el papel nupcial El calor abstracto
Los Signos de la expiación Que laten en las rocas Con alma anafiláctica
Con calma vehemente de un día en que volví a navegar
La angustia dogmática Clavada en la duda
Para poder invocar

Que es Poesía…

Y respondo
Es la angustia de un verso
Que busca en el absurdo
Su propia contemplación.

De poeticas. Lima, Abril 2011


MATICES Y TEMORES

Escribo porque tengo a la incertidumbre
Porque al vivir temo a la nada
Un abanico de sospechas
Un núcleo/
               De aleatorias brechas
Y que tormentos
Dejan en mis pensamientos inertes
Un vacio /
              Que desvanece la inmortalidad.

Intento la vida
Socavo la muerte
Más al no forzarlo
Musito la noche de impaciencia
Que un infinito de larvas
Reflejan en esta loza
Símbolos perpetuos /
               Negados en el sacrificio.

Veo en la muerte
La expansión de mi alma
El surgimiento de este mundo/
                                          En otro estado
Un rencor corporal
De matices fúnebres
En una tumba imperfecta
Que no se puede alojar.

El tiempo irreal
La catarata de los sentidos
Sabe y no sabe /
                        De la inmensidad de un latido
De la carencia o la abundancia del pensamiento
Que buscan guarecerse y evadir
El fin de la historia/
                           La leyenda del hombre
Sabe de la vida
Y del silencio de la muerte
Sabe que hay algo y no más bien nada.
Y también sabe que no hay nada dentro de este orgásmico firmamento
Por eso nos arrastra
Y con ella mi zozobra
Y con ella mis palabras
Porque en mis dudas /
                                No quepan ya amores ni venganzas ni vergüenzas que parodiar
Y otroras de respuestas inconclusas
Más sólo intentos de abdicar en mis memorias
Coronando a la muerte
Con sus vientos de rapiña
Con las aves de la angustia
Al perderse la existencia.
La búsqueda del origen
La fuente de la vida
Olvidando
El tránsito de un afecto
Elevando
Las velas de la muerte
En un próximo despertar.
Es hora de lavarme el rostro y dejar de vomitar.


CAMINOS

He quedado ajeno de esta sombra que se incendia
Que se consume en los maderos del carril que recorre los campos elíseos del calor de tu sed
Es que evaden de los mares este muelle abarrotado de gaviotas que me insultan tu voz
Que me tuercen la visión con la asfixia de tus adiós.

Dejo esta huella siendo las nueve menos el cuarto de esta botella que aplaza los pasajes de este navío divagante en tu cristal de azucenas
Y como novio de esta luciérnaga que acompaña la corriente de esta camisa teñida de tu calor, sepulta la nieve del polo sur de tus uñas mal cortadas    Descoloridas
Que atestiguan los garabatos de mis cabellos blancos y de este abandono moral.

Hoy he cumplido Los ochenta años de esta latitud que siempre quise alcanzar
Me he dejado llevar por los sueños indescriptibles de tu alma para decir tan solo una vez más
Un Silencio a la multitud.
He terminado de lavar mis palabras y dejando de recordar mis sueños,
pienso en ti camino de espinas,
cuestas de ebrias esperanzas por donde rodé mis únicas monedas,
pensando acuñarlas dentro de las limosnas para pedirte perdón.


DISCÚLPAME FACUNDO

Facundo
Te vi por la calle con tu guitarra de bosques
Con tu barba teñida de copos de nieve y conciertos
Y sé que conmovido en tu catarata de cantos quebrantando mi alma
Pueda redimirme el no haberte dedicado nada
Sino en este homenaje de hojas que como traviesas melodías
Aplauden esta tu travesía por la vida y la muestra de tu voz.

Sé que como bardos los dolores aquejan el alma
El no haberte dedicado algún verso
Sino cuando nos dejaste el encargo del trovador y poeta
Con tu ejemplo del rasgo americano.

Y contigo reverdece
La libertad de tu voz de plata
Los ritmos entonados de ocasiones tibias y de gran aliento
Que ardiendo como espumas entonadas
Tocan el pecho rocoso dando esperanza a la gente.

Los hombres buenos como tú
Viven en el coposo edén de los andes
Son de Selvas fundidas del espacioso pacifico
Y del tormentoso atlántico.

Son con tu voz de Antártida
La ruptura de fronteras
Que el libertador presagia
La voz pronunciada que revela
La emancipación del olvido en tus letras.

Oh Facundo Cabral.
                                  Hasta Siempre

Dedicado para tí, sin ser de aquí sin ser de allá.

© Moshenga Cabanillas Pérez, Julio 2011

viernes, 6 de mayo de 2011

Presentación del libro “Poéticas” de Raúl Allaín e Iván Fernández Dávila

Presentación del libro “Poéticas” de Raúl Allaín e Iván Fernández Dávila

Casa Museo Porras Barrenechea, 29 de abril de 2011

El arte poética es, para la poesía, género príncipe de las letras, semejante a la sinfonía y el solo en la música o al bodegón, el retrato y el desnudo femenino en la plástica: ejercicio definitivo del artista, que consolida su visión, constituye el manifiesto vital de su insolencia creativa o su domesticación, y reúne su concepto en torno al arte que ha elegido para darnos a conocer sus luces y desgarramientos.
Para los entendidos, con el arte poética las palabras del creador resuenan en nuestro interior como nunca han sonado antes. Son poemas que nos hablan sobre la poesía. Mejor dicho: en ellos el poeta habla sobre su poesía, o sobre la relación que él o ella mantienen con el poema, y al hacerlo van exponiendo ideas e intuiciones sobre lo que toda poesía es o puede llegar a ser.
De este modo, el interesante libro Poéticas de Raúl Allaín e Iván Fernández – Dávila es una selección muy reciente del tipo de poemas que en la antigüedad, con Aristóteles y Horacio, se llamaron ars poetica, y muchas veces simplemente “poética”– y que la modernidad recuperó a partir de la admirable composición “Art Poétique” (Arte Poética) de Paul Verlaine, una de las máximas figuras del simbolismo francés, creado en el punto culminante del frenesí turbulento que fue su vida bohemia e intensa, en su libro Antaño y hogaño, de 1884. Nos dice el atormentado amante del enfant terrible Arthur Rimbaud:
“Prefiere la música a toda otra cosa,
persigue la sílaba impar, imprecisa,
más ágil y más soluble en la brisa,
que –libre de lastre– ni pesa ni posa.
Que vuestra palabra tenga un indeciso
y equívoco paso, si lo decidís. […..]
Que tu verso sea fugaz y suave,
sutil y ligero, como vuelo de ave
que busca otros cielos y otro nuevo amor.
Que tu verso sea la buena ventura
esparcida al aire de la madrugada,
que huele a tomillo y a menta granada…
Todo lo demás es literatura”.

Por otra parte, un bello ejemplo del arte poética en el siglo XX es el poema In my craft or sullen art (En mi oficio u hosco arte) de Dylan Thomas. El galés, tan ebrio hasta la desmesura como genial en sus composiciones, nos dice, en su lirismo descarnado:

“No para los soberbios aparte

de la rabiosa luna escribo

en estas páginas rociadas

por las espumas del mar

ni para los encumbrados muertos

con sus ruiseñores y salmos

sino para los amantes, sus brazos

abarcando las penas de los siglos,

que no elogian ni pagan ni

hacen caso de mi oficio o arte”.

Ya en estos casos vemos que el arte poética es una recomendación de cómo escribir poesía o hacia quiénes va dirigida. Ahora bien, si vamos a los creadores iberoamericanos, la nómina es muy extensa: Rubén Darío, Antonio Machado, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Mario Benedetti, Juan Gelman, entre muchos otros, nos dieron un testimonio de cómo concebían la poesía. Por ejemplo, Huidobro titula “Arte Poética” a un texto de su poemario El espejo del agua de 1916:

“Que el verso sea como una llave

que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

cuanto miren los ojos creado sea,

y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

el adjetivo, cuando no da vida, mata”.

A su vez, el autor de Odas elementales, Residencia en la tierra y Canto general define su Arte poética con versos como éstos:

“pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,

las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,

el ruido de un día que arde con sacrificio

me piden lo profético que hay en mí, con melancolía

y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos

hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso”.

Para ambos poetas el arte poética es un mandato ineludible de la creación, un llamado incontrastable a la acción, una tarea impostergable, una espina en el costado que nos duele y debemos sacarnos para vivir.

El divino Borges nos dice en su “Arte poética”, perteneciente a su libro El Hacedor, fechado en 1960, que frente al transcurrir del tiempo y de nuestro propio tránsito, como se evade el agua de un río, la labor de la poesía es transformar la penuria que trae el tiempo, convertirla en música y símbolo, transformar la muerte en sueño. Pero, la poesía ha de mostrarnos, a la vez, nuestra cara, como si fuera un espejo, para brindar, entonces, una parcela de verdad. Así, la poesía permanece, pero de un modo cambiante como, permanece el río en su fluir:

“Mirar el río hecho de tiempo y agua

y recordar que el tiempo es otro río,

saber que nos perdemos como el río

y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño

que sueña no soñar y que la muerte

que teme nuestra carne es esa muerte

de cada noche, que se llama sueño. [….]

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso

un triste oro, tal es la poesía

que es inmortal y pobre. La poesía

vuelve como la aurora y el ocaso”.

Otra modalidad de ese discurrir borgeano se halla en los poemas “Arte poética” de Juan Gelman, así como de Mario Benedetti. Para el primero de los nombrados, la poesía se representa como condena o penitencia de la que no hay escapatoria alguna:

“Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,

como un amo implacable

me obliga a trabajar de día, de noche,

con dolor, con amor,

bajo la lluvia, en la catástrofe,

cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,

cuando la enfermedad hunde las manos”.

Para el segundo de los mencionados, el poema se revela como un martilleo indetenible sin otro propósito que permitirnos escuchar al poeta:

“Que golpee hasta que nadie

pueda ya hacerse el sordo

que golpee y golpee

hasta que el poeta sepa

o por lo menos crea

que es a él a quien llaman”.

En el Perú, Javier Heraud dio al Arte poética una expresión más social. Veamos su texto in fine, escrito entre Madrid y La Habana, entre 1961 y 1962, henchidos de romanticismo revolucionario:


“Y la poesía es

un relámpago maravilloso,

una lluvia de palabras silenciosas,

un bosque de latidos y esperanzas,

el canto de los pueblos oprimidos,

el nuevo canto de los pueblos liberados.

Y la poesía es entonces,

el amor, la muerte,

la redención del hombre”.

Y, junto a la burla expresa de Antonio Cisneros, cuando dice en su Arte poética 1, de 1972, “Un chancho hincha sus pulmones bajo un gran limonero / mete su trompa entre la realidad”, se encuentra Marita Troiano, quien da el toque erótico a su “Arte poética”, dispuesta en su primer libro de poesía, Mortal in puribus de 1996:


“La poesía me hizo suya en un lecho de arena

y hojas blancas

lamidas por la brisa

con un sol rojo enardecido

con una luna abandonada

y fue mi sangre

fue mi piel

mi propia sombra

la poesía fue mis alas hacia la libertad”.

Así llegamos a este libro. Podemos decir que cada uno de los poemas de Poéticas es una joya en sí mismo y se convierte en un faro para seguir iluminando la obra de los autores. De su lectura ustedes podrán vislumbrar los ejemplos que hemos presentado, a fin de encontrar los que más directamente pueden llevarnos al sentimiento compartido, a la excelsa creación, no menos que a la solitaria reflexión.
Los poetas de este interesante libro redefinen, con amplitud e inteligencia, la sentencia de Shelley, quien decía que los poetas son los legisladores conscientes del mundo, y que extiende George Oppen, al sostener que “los poetas son los legisladores del mundo desconocido”. De este modo, el trabajo de cada poeta en Poéticas es una respuesta a una determinada coordenada de lenguaje e historia, y abre una vía nueva, un modo incógnito de entender este arte sutil como un perfume, violento como un asalto, sorprendente como un beso hurtado a una joven hermosa.

Por otra parte, como Isaías, el Príncipe de los Profetas, los versos de Poéticas se asemejan a revelaciones sobre las difíciles horas que ya vive nuestro país, que se ha convertido en “el portador de la zozobra que pudo maniobrar” como nos dice Alex Valenzuela en su poema Remembranzas.

Los días de desolación y desasosiego que también han vivido nuestros padres y los padres de ellos, en tiempos anteriores, pero también dictatoriales y perversos, se convertirán en “los cárdenos ladrillos de la casa ausente”, como versa Fabrizio Álvarez en su poema Retablo de sueños.

Y Poéticas nos anticipa nuestro comportamiento en este reino invadido de escombros que será el Perú, donde “en la ausencia más distante / me siento más cerca del abismo que de la muerte”, como sostiene el poeta Lenar Mar en su texto Eres la curva invisible.

Por eso mismo, habrá que recordarles, de modo permanente, a estos dos aspirantes de dictadores, uno de los cuales nos gobernará, para nuestra desgracia, el verso límpido de Heberto Padilla, Para escribir en el álbum de un tirano:

“Protégete de los vacilantes,

porque un día sabrán lo que no quieren.

Protégete de los balbucientes,

de Juan–el–gago, Pedro–el–mudo,

porque descubrirán un día su voz fuerte.

Protégete de los tímidos y los apabullados,

porque un día dejarán de ponerse de pie cuando entres”.

Y, a nosotros mismos, para entender nuestra singular condición, el magnífico poema Todo esto es mi país, de Sebastián Salazar Bondy, que les leo a continuación:

“Mi país, ahora lo comprendo, es amargo y dulce; mi país es una intensa pasión, un triste piélago, un incansable manantial de razas y mitos que fermentan;

mi país es un lecho de espinas, de caricias, de fieras, de muchedumbres quejumbrosas y altas sombras heladas;

Mi país es un corazón clavado a martillazos”.

Con Salazar Bondy, creo, sin embargo, que hay esperanza, “la respuesta necesaria que no escucha pero se pronuncia” como escribe el poeta Javier Cuquisibán en su creación Polivalencia intrínseca.

Cuando la democracia vuelva, Raúl Allain, Iván Fernández – Dávila, los autores de Poéticas, y muchos otros, regresaremos con los prisioneros, con los despojados, con las blancas mujeres dolientes, con los ateridos por los estragos de una larga espera. Con ellos nos pondremos la piel arrasada, los sacos sin recelo, el perdurable ímpetu. Seremos la primavera, la alegría, la ola libre azul que pese a irse vuelve siempre.

Y entonces, serán nuevas todas las cosas, el aire, la luz, la libertad, mi amor heredado, este hermoso poemario colectivo Poéticas, y sobre todo el mañana, que se extenderá como el cielo en la línea febril del horizonte.

Muchas gracias.

Santiago de Surco, 29 de abril de 2011

Héctor Ñaupari

Presidente
Instituto de Estudios de la Acción Humana
Red Liberal de América Latina

lunes, 25 de abril de 2011

Presentación del Poemario Colectivo

“POÉTICAS”
Instituto Raúl Porras Barrenechea, viernes 29 de abril, 7:00 pm
(Calle Colina 398, Miraflores)
El día viernes 29 de abril a las 7:00 pm (hora exacta) se presentará el poemario: POÉTICAS – Artes Poéticas por poetas contemporáneos peruanos, editado por Raúl Allaín.


La presentación del libro estará a cargo de Héctor Ñaupari, Carlos Eduardo Luján Andrade, Raúl Allaín e Iván Fernández-Dávila.


Se ofrecerá una lectura poéticas con textos de los poetas participantes:


JULIO ATENCIO, MERIAM BENDAYAN, THALÍA TUMES, CARLOS LUJÁN ANDRADE, CLAUDIA INCHÁUSTEGUI, ESTEFANÍA CUESTAS, JULIO CARMONA, NONATO RUFINO CHUQUIMAMANI VALER, VALERIA SEMINARIO, FRANSILES GALLARDO, SEBASTIÁN ARAGÓN, MIGUEL AGURTO SILVA, ROSINA VALCÁRCEL, JORGE CORDOVA, MOSHENGA VIII CABANILLAS PEREZ, FRANK HERNÁNDEZ, FABRIZIO ALVAREZ LOBATO, ALEX VALENZUELA ROMERO, KAREN CARBONE ROJAS, GABY ARCE MUÑOZ, HÉCTOR ÑAUPARI, PARIX CRUZADO, UMBERTO TOSO, JUAN ESTEBAN YUPANQUI, PAUL CAÑAMERO ÁLVAREZ, JAVIER CUSQUISIBÁN MOSQUERA, LIZANDRO VARGAS PACAYA, ZOILA CAPRISTÁN, ELMER ARANA, NÉSTOR MÁLAGA CARPIO, LENA LUNA, JIMMY CALLA, LENAR MAR, MARIA ALEJANDRA CASTELLANOS, LEYDY LOAYZA, DIANA LIZETH BENITEZ, PAUL TORRES


Ingreso Libre
SE AGRADECE LA DIFUSIÓN
Contactos:
Raúl Allaín
raulallave1189@hotmail.com

Autores...
Free counter and web stats